Deberes de los esposos. 1 De Pedro 3,1-7
“De la misma manera, que las mujeres obedezcan a sus maridos y, con eso seguramente ganarán a aquellos que se resisten a la predicación. Al verlas castas y serias en su conducta, esa misma
Conducta hará las veces de predicación. No se preocupen tanto por lucir peinados rebuscados, collares de oro y vestidos lujosos, todas cosas exteriores, sino que más bien irradie de lo íntimo del corazón la belleza que no se pierde, es decir un espíritu suave y tranquilo. Eso si que es precioso ante Dios. De ese modo se adornaban en otros tiempos las santas mujeres que esperaban en Dios y estaban sometidas a sus maridos. Así obedecía Sara a Abraham, al que llamaba su señor. Ustedes serán hijas de Sara si obran bien y no le tienen miedo a nada.
Que los maridos a su vez, lleven la vida común con tino, sabiendo que la mujer es un ser más delicado. Así mismo que les tengan consideración, pues han de compartir juntos el don de Dios que lleva a la vida. Hagan esto y Dios no demorará en escuchar lo que le pidan” Palabra de Dios, te alabamos Señor.
Oración.
Padre eterno, estamos nuevamente a tus pies, poniendo en tus divinas manos a todos aquellos que lean este blog. Queremos de manera especial pedirte para que cese la violencia en toda parte del mundo, que los hombres se vuelvan más humanos, que vuelvan los ojos hacia Ti, mi Señor, para que entiendan que sin Ti no somos nada y que Tu eres un Dios de Amor, de Misericordia, que amas al pecador, aunque odias el pecado. Cambia todos esos corazones de piedra en corazones de carne para que cambie el rumbo de la humanidad. Bendice a los padres de familia y ayúdanos a ser responsables y vivir por y para nuestros hijos. Te lo pedimos en nombre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo y por la amorosa intercesión de la Inmaculada siempre Virgen María. Amen.
Ser padres es algo tan bonito, porque sabemos que ese hijo es algo nuestro, que es el fruto de nuestro amor. Es la realización de nuestra vida. Es en muchos casos ver realizado en ellos algo con lo cual nosotros soñamos y no lo pudimos hacer, pero al mismo tiempo es tener por quien y para quien vivir.
Ahí termina la vida cómoda y libre, especialmente para la madre, aunque hay muchos padres que disfrutan atendiendo a sus pequeños hijos, aprenden a poner pañales, a darles y prepararles su pachita, algunos pueden aun bañarlos, en fin se vuelven una ayuda muy efectiva para su pareja. Esto es en un matrimonio normal podríamos decir.
Pero tenemos otra situación la de la madre soltera, de aquella mujer que desafiando al mundo se decide a tener a su bebé, aunque ahora no es un escándalo como era hace unos 20 años o mas, el hecho de salir embarazada sin estar casada o sin tener una pareja. Estas madres tienen que hacer el papel de padre y madre, amar a sus hijos de una manera tal, que no extrañen el hecho de no tener padre, aunque en muchos casos, cuando los padres son irresponsables, así le toca a la mujer aunque esté casada.
Ahora los tiempos han cambiado. Los Valores Morales están embodegados en las escuelas, y esto es una de las causas de que halla en el mundo tanta desintegración familiar. Jovencitas y niñas de apenas 10 años o más convertidas en madres solteras y abandonadas y niños y jóvenes que andan a la deriva buscando amor y calor de hogar en lugares equivocados.
El problema es que, aunque el mundo este cabeza abajo, la responsabilidad con los hijos no ha cambiado, ya que estos siempre necesitan: leche, pañales, y todos los artículos útiles para su aseo, medicinas, cuando se enferman y muchas cosas mas, fuera de que necesitan atención y cuidados especiales. Esto nos da la idea exacta de que tener un hijo no puede ser una aventura o algo que resulta de una relación inestable.
Sería muy edificante que en las escuelas, en vez de estar enseñando a los estudiantes, de una manera irresponsable a tener según ellos sexo seguro y darles los medios para ello, que les expliquen las consecuencias negativas que estas relaciones traen, además de la prostitución, los riesgos de la mujer de salir embarazada y que pueden contagiarse de enfermedades como el sida u otras.
El hogar es nuestra primera escuela, por lo tanto los padres somos los mas indicados para educar a nuestros hijos en esta materia. Es tan triste escuchar a unos padres que dicen: Yo le digo a mi hijo que siempre ande protegido. Señores padres de familia esto es sencillamente no amar a sus hijos, no querer lo mejor para ellos. Es una gran irresponsabilidad actuar en esa forma, en otras palabras esto es empujar a sus hijas a la prostitución y a los varones enseñarles a ser irresponsables. O creen ustedes que un joven de 12 años por ejemplo, que apenas está llegando a tercer ciclo, pueda mantener decentemente a una mujer y uno o dos hijos? O ustedes los van a mantener?
En esta escuela trataremos de aprender a ser padres de verdad y comenzaremos haciéndonos un auto-análisis. Quienes somos? De donde venimos? Cómo vivimos? Estamos capacitados para ser padres? Respondámonos estas preguntas, pero sinceramente, tomando en cuenta tanto lo material como lo moral y espiritual. Sin embargo debemos de estar concientes de que nunca es tarde para prepararse y usted puede pasar a ser un padre super responsable y dar a sus hijos lo que ellos necesitan para realizarse como personas de éxito en la vida.
La responsabilidad tiene que ser en todos los aspectos y la mejor enseñanza es predicar con el ejemplo, porque las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra. Algunos padres, casi siempre con muchos recursos económicos, cuando sus hijos están en problemas serios dicen: ¿Porque mi hijo me hizo esto, si yo le daba todo?. Efectivamente, usted le daba todo: ropa, zapatos, celular… en fin todo lo que se compra con dinero y estaba a su alcance.
Y los padres de menos recursos, por dar a sus hijos lo que ellos les piden, se sacrifican trabajando mas de lo debido. Pero… sabía usted como iba en sus estudios? Conocía a sus amigos? Sabía en que ambiente se desenvolvía? Es usted de los padres que predican con el ejemplo? Pero con el buen ejemplo.
Ahora hablemos a las madres, ya que siempre somos más afectadas con los problemas de nuestros hijos. Para comenzar debemos de olvidarnos de ser igual a los hombres, porque jamás lo seremos, por nuestra constitución, por nuestra sensibilidad maternal, por nuestra propia naturaleza. Por querer ser igual a los hombres, hemos descuidado nuestro hogar y a nuestros hijos, y este es el error mas grande que hemos podido cometer. Que les espera a nuestros hijos con dos personas iguales al mando de su hogar? No estoy en contra de la liberación femenina, pero si en contra de todo aquellos que vaya en contra de la INTEGRACION FAMILIAR y de la FALTA DE PRINCIPIOS MORALES, que son los que mantienen estos Valores para mantener la Solidaridad, la Unión, la Paz y el Amor en la Humanidad.
Que Dios y la Virgen Santísima los bendigan.
Con mucho amor Auramelia Rodríguez de Urrutia.