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martes, 13 de marzo de 2012

TIEMPO DE CONVERSION-TIEMPO DE PERDON


                                  Tiempo de cuaresma:

     Hemos llegado al tiempo de Cuaresma, ahora el tiempo no se porque, esta pasando muy rápido, parece que fue ayer que celebrábamos la Navidad,  y en tres semanas estaremos en Semana Santa. Este es un tiempo muy especial para los que estamos buscando en nuestra Iglesia, todo aquello que no podemos encontrar en el mundo que nos rodea: esa Paz, ese Amor y esa Misericordia de nuestro Creador, que nos llevan a un mundo distinto, donde no hay odio, rencor, egoísmo ni todo aquello que nos aleja del amor al prójimo, y por lo tanto nos aleja de Dios.
      El tiempo de Cuaresma, es sobre todo Tiempo de Conversión. El problemas más grande que tenemos muchos es que nosotros pedimos por la conversión de los hijos, las mujeres por el esposo, el hombre por la esposa, los hijos por los padres, en fin, queremos convertir a todo el mundo, pero se nos olvida una cosa, ¿Queremos convertir a los demás?, está bien, pero… y nosotros, ¿como estamos, como está nuestro corazón?.
      No podemos decir que nosotros estamos convertidos, porque la conversión es un largo proceso, no se convierte alguien de la noche a la mañana, ya que son muchas las cosas que debemos de cambiar. La conversión es un cambio de vida y cuando somos mayores de sesenta años, por ejemplo, es mucho el camino que hemos recorrido en la vida, por lo tanto es mucho lo que tenemos que cambiar. Para que nuestra voz pueda tener autoridad, necesitamos estar caminando llevando en nuestros pies “las sandalias del pescador”, estar tratando de imitar a nuestra Madre, la Santísima Virgen María, especialmente en su Humildad, su Obediencia y en su Pureza”, que son unas de las Gracias mayores que tiene Nuestra Madre.
      ¿Cuando podemos decir que estamos en el camino de la Conversión? Estamos ya en el camino de la Conversión, cuando somos capaces de “perdonar”, y de pedir “perdón”.
      ¿Hay una ofensa tan grande que no podamos perdonar?. Si tomamos como ejemplo a Jesús de Nazaret, nos daremos cuenta que no hay ninguna ofensa por grande que nos parezca, que no podamos perdonar. Y si no, recordémoslo en la Cruz a la hora de entregar a su Padre su Espíritu: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”        
      Esa es la capacidad de Perdón que debemos tener para considerarnos Convertidos. El día que tú, querido hermano, te decidas a perdonar todas las ofensas recibidas, y seas capaz de pedir Perdón a los que has ofendido; ese día no sólo habrá comenzado tu Conversión, sino que estarás a las puertas de tu liberación.
     Ni los mayores estamos muy viejos para Convertirnos, ni los jóvenes estás muy pequeños, para buscar a Dios. Recordemos, LA MUERTE, no respeta edad, unos tienen la dicha de morir jóvenes y por lo tanto no han tenido tiempo de pecar, pero nosotros tenemos el privilegio de tener tiempo para CONVERTIRNOS. Muchas bendiciones para ti y tu familia.
       
Con mucho Amor, Aurmelia Rodríguez de Urrutia.